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domingo, 6 de julio de 2008

?Quién le va a Poner el Cascabel al Gato?

Escribo como ciudadana y empresaria preocupada por la situación que atravesamos en Puerto Rico ante la crítica realidad del mercado laboral en la Isla. Hace 12 años, con un sacrificio inmenso, comencé junto a mi esposo, Carla’s Sweets, una operación de manufactura de dulces que actualmente provee empleo a sobre 50 puertorriqueños. Al ser una operación relativamente pequeña asumí la responsabilidad de manejar directamente los recursos humanos. Confieso que ésta ha sido la parte más difícil de nuestro negocio. Día a día tengo que vivir la situación asfixiante del mercado laboral en Puerto Rico y el impacto que ello tiene sobre nuestra Empresa.Es bien difícil conseguir y mantener empleados de línea de producción. Muchos de estos reciben algún tipo de ayuda de asistencia social. Ayudas que son eliminadas o reducidas considerablemente cuando comienzan a trabajar, por lo que el empleado opta por renunciar para poder seguir recibiendo las ayudas. La empresa pierde al empleado, el dinero y el esfuerzo que invirtió en contratarlo y adiestrarlo. Y todavía tiene que invertir más para contratar y adiestrar otro empleado que lo sustituya.El sistema ha creado una situación insoportable e insostenible. Los programas de Asistencia Social tuvieron su propósito, pero la realidad es que han transformado al gobierno en uno paternalista. Ha acostumbrado al ciudadano a resolverle todas sus necesidades creando así una cultura de mantengo. Este mantengo ha creado a su vez un problema de ocio enorme, terreno fértil para el desarrollo de problemas sociales. El que no trabaja, el que no produce, tiene una autoestima muy baja. El joven no siente la necesidad de estudiar ya que el Estado se encargará de mantenerlo. Además, ha crecido en una familia donde ése ha sido generacionalmente el modelo a seguir. El Sistema le ha hecho perder el orgullo de una labor bien hecha, de ser el proveedor del bienestar de sus hijos al penalizarlo por trabajar. Ciertamente hay una población que verdaderamente necesita asistencia social, pero hay que identificar las personas que realmente la necesitan para vivir. El sistema como está NO FUNCIONA, nos hace más mal que bien. Tenemos que ingresar a ésta población a la clase trabajadora para reducir la cultura del ocio y aumentar su autoestima. Estoy segura podremos disminuir considerablemente la criminalidad, drogadicción, maltrato, enfermedades mentales y deserción escolar, entre otras. Por consiguiente, el gobierno podrá redirigir los recursos económicos que actualmente destinan a atacar estos males para brindar más y mejores servicios a TODOS los ciudadanos. ¿Quién le va a poner el cascabel al gato? . . . . Puerto Rico necesita un gobierno ágil que se atreva a exigir más de sus ciudadanos.Carla Haeussler Badillo

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